La imagen de hoy en Chistes y pensamientos (El que quiera ser el primero, sea el servidor de todos), me hizo recordar esta historia que escribí en Historias de Alemania, hace ya tiempo: Para servir el café...
Copio el texto a continuación:
Estábamos en una reunión de trabajo de un grupo cultural donde uno de los participantes era un sacerdote español.
Habíamos empezado recién la reunión y el café estaba esperándonos en un termo, al lado las tazas. Esto del café y galletitas es muy común en las reuniones de trabajo en Alemania.
Me paré y comencé a servirlo. Les prometo que no soy ni la más hacendosa, ni la persona más servicial. Es más, les confieso que soy bastante inútil en todo lo que sea "casa". Pero, igual estaba ahí sirviendo las tazas, mientras los demás (todos, menos él sacerdote) alemanes y mayores que yo, permanecían sentados y hablaban entre ellos. Lo que a mí no me molestó en absoluto. Pero...
El sacerdote (el mayor, en edad, de todo el grupo, lo que en Alemania, pesa) se levantó molesto, pero sin el menor asomo de malos modales y comenzó a servir las tazas conmigo, al tiempo que interrumpía al resto, a quienes les dió un discurso express, por no decir sermón, acerca del espíritu de servicio y de que no estamos sobre la tierra para que nos sirvan, sino para servir alegremente a los demás.
Deberíamos tener más inmigrantes españoles, pero sólo los que sean como él, en Alemania :)
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