Mi artículo anterior: Lombardi: así es la vida con Francisco Draper continúa:
La vida era totalmente diferente bajo Benedicto, un erudito cerebral que continuó escribiendo libros de teología durante sus ocho años como Papa, y también era diferente bajo Juan Pablo II, un actor teatral y lingüista, cuyo pontificado duró casi 27 años. Ambos hombres eran guardianes confiables de la ortodoxia papal.
Ha tomado algún tiempo acostumbrarse al espectáculo de este nuevo Papa, con su reloj de plástico y sus voluminosos zapatos ortopédicos, tomando desayuno en la cafetería del Vaticano.
Claro que Francisco tiene un sentido del humor claramente informal. Después de haber sido visitado en la Casa Santa Marta por un viejo amigo, por el arzobispo Claudio Maria Celli, Francisco insistió en acompañar a su invitado hasta el ascensor.
"¿Por qué me va a acompanar?", preguntó Celli.
"Para estar seguro que no se lleve nada de aquí", respondió Francisco. Así que usted puede estar seguro de que me haya ido?"
Sin perder el ritmo, el Papa respondió: "Y para que yo pueda estar seguro de que Ud. no se lleve nada" (*).
Jaja, excelente respuesta. Parece que en algunos países, acompanar a la persona a la puerta no es exigencia de educación. En Argentina sí lo es. En Chile también. En Argentina, me dice un amigo (@orientemiedo), la acompanas incluso a la puerta del colectivo (bus). Es una buena costumbre y es bueno que el Papa sea así: un hombre deferente y cordial. Que valora a la gente y además, me encanta su buen humor y su informalidad.
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(*) “Why is this?” Celli asked. “So that you can be sure that I’m gone?” Without missing a beat, the pope replied, “And so that I can be sure you don’t take anything with you.”