domingo, 12 de septiembre de 2010

El perdón del... (teóricamente) justo


Estaba hoy leyendo un libro de un sacerdote mexicano -que además, es tío de una amiga-, Francisco Ugarte Corcuera, "Del resentimiento al perdón", en su edición europea, y justamente en la p. 65, hay una cita sobre el Evangelio de la misa de hoy (el del Hijo pródigo o "de los dos hermanos", como le llamamos en alemán), la copio a continuación, no sin antes, darle las gracias al autor por su estupendo libro:

En la parábola del Hijo pródigo, el hijo mayor no puede perdonar a su hermano por una sencilla razón: porque él no se considera necesitado de perdón. Siempre se ha portado bien, ha permanecido en la casa paterna y no tiene nada de qué arrepentirse. "Cuando comprendamos que todos somos pecadores necesitados de perdón nos será más fácil perdonar a los demás (Madre Teresa de Calcuta, El Amor más grande, 1997, p. 132).


3 comentarios:

hna. josefina dijo...

Totalmente de acuerdo con la frase de la madre Teresa.
Una consulta: de venir seguido a uno de tus blogs, ¿a cuál me recomendarías?... Quiero decir ¿en cuál me voy a encontrar más con vos?
Un abrazo.

Marta Salazar dijo...

estimada hermana Josefina, para mi es un honor que me lo preguntes!

pero, la verdad es que no sé qué decir; en todos los blogs te encontrarías más conmigo (tal vez en el de chistes, menos, porque los chistes no los invento yo)

Este blog es personal, pero un poco "para los desechos" (sin ninguna connotación negativa), más bien "de descarte" => lo que no cabe en otro, está aquí :)

y en este blog soy menos "objetiva" que en los otros :) Pero es un blog nuevo y no se lee mucho (o nada ;) de manera que mucho intercambio, tampoco hay :(

la verdad es que no sé qué contestarte... déjame pensar un poco más y/o pregúntale a otros... o visita los diversos blogs y... hablamos ;)

pero no te olvides que yo tengo bastante mala fama entre algunos blogs "católicos", sobre todo entre los espanoles, je je

muchos saludos!

Hilda dijo...

A mí me tomó años entender e interiorizar esa parábola, no se me había ocurrido la reflexión de ese sacerdote, la cual se me hizo interesante.

Los que acostumbramos a portarnos bien, nunca debemos olvidar que todos, todos podemos equivocarnos y por lo tanto en algún momento necesitaremos de perdon.

Saludos. Hilda