martes, 5 de octubre de 2010

Amor y respeto a los adversarios


Este artículo La guerra, qué buena es la guerra me hizo pensar en lo que leemo en la Gaudium et Spes, en su número 28 copio a continuación, no sin antes decir que estoy nuevamente pésimamente impresionada de Wikipedia en español, donde no hay artículo sobre esta Constitución... a diferencia de casi todos los demás idiomas en que sí lo hay (portugués, francés, danés, holandés, ruso, indonesio, etc., etc.):

Respeto y amor a los adversarios

28. Quienes sienten u obran de modo distinto al nuestro en materia social, política e incluso religiosa, deben ser también objeto de nuestro respeto y amor. Cuanto más humana y caritativa sea nuestra comprensión íntima de su manera de sentir, mayor será la facilidad para establecer con ellos el diálogo.

Esta caridad y esta benignidad en modo alguno deben convertirse en indiferencia ante la verdad y el bien. Más aún, la propia caridad exige el anuncio a todos los hombres de la verdad saludable. Pero es necesario distinguir entre el error, que siempre debe ser rechazado, y el hombre que yerra, el cual conserva la dignidad de la persona incluso cuando está desviado por ideas falsas o insuficientes en materia religiosa. Dios es el único juez y escrutador del corazón humano. Por ello, nos prohíbe juzgar la culpabilidad interna de los demás.

La doctrina de Cristo pide también que perdonemos las injurias. El precepto del amor se extiende a todos los enemigos. Es el mandamiento de la Nueva Ley: «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo". Pero yo os digo : "Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian y orad por lo que os persiguen y calumnian"» (Mt 5,43-44).


2 comentarios:

Hilda dijo...

Es que si Jesús cuando murió en la cruz fue capaz de decir "Padre perdónalos que no saben lo que hacen" y Dios nos ama como somos, con todas nuestras falencias, como nos ponemos nosotros a odiar y a no perdonar.

Si por alguna razón, la vida nos coloca frente a alguien como enemigo, es diferente combatirlo a o no tenerle caridad. La misma caridad que buscamos para nosotros.

Saludos. Hilda

Marta Salazar dijo...

así es... hay que divulgar esto...