viernes, 27 de diciembre de 2013

La confianza en los países de la OECD




El gráfico es de la OECD (estadísticas del día) representa el porcentaje de confianza que tienen las personas en otras personas en los diferentes países de la Organización. Esto es qué cantidad (en %) de la población de un país confía en sus prójimos.

Como de costumbre, los países nórdicos son son los triunfadores del mundo, también en este índice.

Turquía y Latinoamérica se hallan a la cola... Después del escándalo de corrupción en el país euroasiático, no me extrana que entre sus ciudadanos falte -de esta manera extrema- la confianza.

Chile en una posición vengonzosa que no se compadece con sus buenos resultados en otros índices socio-económicos. La posición de México es igualmente mala (un poco mejor que Chile eso sí) y puede hacer peligrar el desarrollo de un país abierto al mundo, pero cerrado a sí mismo.

Esta desonfianza puede llevar a un lamentable retroceso en el desarrollo de economías emergentes.

En efecto, la confianza frente a las otras persones es la base de la vida jurídica y con ello, del estado de derecho.. La confianza, en el mundo del derecho, se llama buena fe y se presume que toda persona actúa de buena fe.

La confianza en los partners es el fundamento de la vida económica, en una economía de mercado. En la economía socialista, el fundamento es el control y el cumplimiento de órdenes (de planes) y de cumplimiento de precios que el estado ha fijado.

El pacta sunt servanda, el cumplimiento de la palabra empenada es uno de los requisitos indispensables para la vida en sociedad. La falta de confianza es uno de los primeros y más alarmantes signos de disolución social.

De más está decir que, si falta la confianza en las demás personas, hay algo -o mucho- que no funciona bien en una sociedad y que impedirá su desarrollo, su desenvolvimiento y el progreso de sus habitantes. De partida, a esa sociedad le falta algo tan importante como la base para la cooperación, que es la confianza.

Sería conveniente subir el nivel de oxitocina u hormona de la confianza, como le llama Joachim Bauer (pag. 28 de su libro, ver El trabajo como fuente de alegría).

La confianza tiene mucho que ver con la transparencia, con la probidad, con el cumplimiento de la palabra empeñada, el cumplimiento de lo prometido y con la salud mental de la población... Donde falte lo primero, lamentablemente, faltará también esto último.

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