sábado, 25 de julio de 2015

"Dios preparó a Bergoglio para ser Papa"


Continuando con los artículos sobre el artículo del National Geographic sobre el Papa Francisco (ver mis dos artículos anteriores: este y este otro y, si me pertmiten también este: Dios no le teme al cambio), me refiero hoy a otro de los aspectos de los que escribe el periodista norteamericano Robert Draper.

"Aunque en el mundo exterior, Francisco parecía haber hecho estallar en los cielos algo así como una lluvia de meteoritos, la que era una figura religiosa muy conocida y en ocasiones controvertida, regresaba a casa. El hijo de un contador cuya familia había emigrado desde la región del Piamonte en el noroeste de Italia, se había distinguido desde el momento en que entró en el seminario en 1956, a los 20 anos, después de haber trabajado como técnico de laboratorio y brevemente como un guardia de seguridad en una discotheque. Poco después, eligió entrar a la intelectualmente exigente Companía de Jesús, en su camino al sacerdocio.

"Como estudiante en el Colegio Máximo de San José, en 1963, Bergoglio -según uno de sus profesores, el padre Juan Carlos Scannone, que rápidamente se había convertido en consejero espiritual de estudiantes y de profesores- poseía 'discernimiento espiritual elevado y habilidades políticas'. Bergoglio enseñó a niños revoltosos, lavó los pies de los prisioneros, estudió en el extranjero. Se convirtió en el rector de Colegio Máximo, se hizo habitaul en barriadas deterioradas en todo Buenos Aires. Y él se levantó en la jerarquía de los jesuitas, incluso mientras navega las aguas turbias de la política que vivió la Iglesia católica argentina en en relaciones tensas primero con Juan Perón y más tarde con la dictadura militar. Cayó en desgracia con sus superiores jesuitas, para luego ser rescatado desde el exilio por un cardenal que lo admiraba y nombrado obispo en 1992, arzobispo en 1998 y cardenal en 2001.

"'Dios no tiene miedo de las cosas nuevas! Es por eso que continuamente nos sorprende, abriendo nuestros corazones, y nos guía de manera inesperada' ", proclama Francisco el 19 de octubre del 2014, en la homilía durante la beatificación del Papa Pablo VI.

"De disposición tímida, Bergoglio se describe a sí mismo como un callejero (Draper usa la palabra castellana y la traduce como street wanderer, nota del blog) que prefiere la companía de los pobres que de los ricos (affluent). Sus propias indulgencias (lo que se permite a sí mismo, nota del blog) son pocos: la literatura, el fútbol, ​​el tango, y los gnocchi. A pesar de su simplicidad, este porteño es un animal urbano, un observador social aguds, y en su forma de ser tranquilo, un líder natural. También ha sabido cómo aprovechar un momento: ya sea en 2004, arremetiendo contra la corrupción en un discurso al que asistieron el presidente de Argentina (en ese tiempo, aún Néstor Kirchner, nota del blog), o en el Luna Park en 2006, cayendo de rodillas (ver videos en este post). Como dice el padre Carlos Accaputo, un cercano asesor que trabaja con Bergoglio desde 1992: 'creo que Dios le ha preparado, a través de todo su ministerio pastoral, para este momento'".



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